Durante la mañana de la boda, todo se trata de prepararte con calma, disfrutar el momento y cuidar cada detalle. Uno de ellos y quizás de los más importantes es mantener tu vestido en perfectas condiciones hasta el momento de usarlo.
La renta de maniquí se ha convertido en una opción práctica y elegante para exhibir el vestido. Además de protegerlo de arrugas o deformaciones, un maniquí aporta un toque decorativo sofisticado al espacio y hace que las fotos de tu getting ready se vean increíbles. Rentarlo es la mejor alternativa, ya que normalmente solo se utiliza ese día, pero marca una gran diferencia en el resultado final.
¿Por qué incluir un maniquí en tu getting ready?
Tener tu vestido colocado en un maniquí cambia por completo la experiencia. Te permite admirar los detalles que elegiste con tanto cuidado ya sea los bordados, los dobleces, el corte, el velo, y le da a la habitación una sensación de orden y elegancia.
También es una gran ayuda práctica: el vestido se mantiene en su forma natural, sin doblarse ni arrugarse, hasta el momento exacto en que te lo pongas. Así puedes concentrarte en disfrutar el proceso de arreglarte, sabiendo que estará impecable cuando llegue el momento de vestirlo.
Tip extra
Si quieres que las fotos de tu getting ready se vean aún más editoriales, coloca el maniquí cerca de una ventana o en un rincón con buena luz natural. Acompáñalo con tus zapatos o los accesorios que usarás ese día, esos pequeños elementos hacen que cada toma se vea profesional y con mucho estilo.
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